Laia había crecido y necesitaba un nuevo espacio para soñar, imaginar y jugar.
Cuando recibí el encargo me ilusioné enseguida, los niños están acostumbrados a imaginar, así que, le pregunté donde le gustaría vivir, Laia contestó: “en una cabaña en los árboles” y me puse a trabajar.
Rediseñé el concepto de cabaña en los árboles, adaptándolo al espacio del que disponíamos y al estilo nórdico y más actual.
La utilización del blanco para aumentar la luz y la madera para dar calidez al conjunto, fue un verdadero acierto, dejando el color para los complementos y alguna de las paredes.